Aquí estoy, sentado en un Starbucks, tomándome un café con leche de soja y unas tostadas con aceite; un buen momento del día... Estoy pensando... No sueño despierto. No pierdo el tiempo. No me preocupo. Sólo pienso... Es, sin duda, una de mis mejores costumbres. Pienso sobre todo en lo importante que es tener el sentido en una misión y mantenerse fiel a él, aunque no sea fácil. He observado que cuanto más grandes son mis sueños mas obstáculos encuentro en el camino. Mi misión en la vida es bastante sencilla y a la vez compleja: quiero ayudar a los seres humanos a ser extraordinarios... Me apasiona la idea que ese sueño se haga realidad y el hecho de aportar mi grano de arena para mejorar el mundo. Para mi, de conseguirlo, no se trataría sólo de un trabajo, sino de una auténtica vocación, pero cuanto mas altas son mis aspiraciones a mayores pruebas tengo que enfrentarme... Los retos son buenos. Gracias a ellos crecemos. Cuando más vivos estamos es cuando nos hayamos en peli...